miércoles, 21 de agosto de 2013

En un lugar dónde no hay marcha atrás.

-Buenos días.
+Buenos días.
-¿Aún siguen ahí?
+Sí.
-Vaya...
+No sé porque te extrañas, siempre están ahí, nunca se van.
-Sigo teniendo la esperanza de que algún día lo hagan. Sigo esperando...
+Pues sigue esperando, porque no lo harán. Nunca.
-¿Porqué siempre eres tan negativo?
+No soy negativo, soy realista.
-¿Han traído ya el desayuno? Tengo hambre...
+No, y no creo que lo hagan.
-¿Por qué?
+Ayer el de la celda 5 la lió parda, y como castigo nos han dejado sin desayuno y sin cena a todos.
-¡Maldita sea el de la celda 5!
+Maldecirlo no te va a conseguir un desayuno.
-Lo sé, pero ya van tres veces este mes. Los demás pasamos hambre, ¿sabes?
+Dímelo a mi, cada vez que traen algo de comer te lo comes tú casi todo.
-No sé porque te quejas, lo acordamos el primer día. Yo como más que tú, pero tú duermes en el colchón.
+Pues ahora casi preferiría que fuera al revés.
-Haberlo pensado antes.
+¿Hoy también has tenido alguno de tus sueños?
-Sí, hoy soñé que estaba lejos, en un lugar tenebroso y extraño, en el que habitaban seres como yo. Hablaban, cantaban y me llamaban con voz humana...
+Pues dudo mucho que ese sueño se haga realidad, ya no quedan humanos ahí fuera.
-¿Y cómo sabes tú eso? Igual algunos se escondieron y no se dejaron atrapar, y ahora viven en un lugar dónde nadie pueda encontrarlos.
+¡Demasiada imaginación tienes tú! Anda, descansa que luego vendrán a buscarnos, y ya sabes lo que toca hoy.
-Sí, más sufrimiento.

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